La IUCN (Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza) recibió el 4 de noviembre una petición de la sociedad canadiense de Down para pedir la inclusión de esta parte de la población en la denominada Lista Roja donde figuran los animales y plantas más amenazados del planeta. En dicha lista aparecen, por ejemplo, el tiburón blanco, el lince ibérico o el fresno rojo americano.
En el documento enviado a la IUCN en Canadá ante el descenso de la población y el complicado acceso a servicios se cita textualmente:
“La comunidad de personas con Síndrome de Down se está reduciendo y con ello se produce igualmente una disminución en su acceso a servicios como la educación, la vivienda y el empleo, así como de su calidad de vida en general”.
Por todo ello solicitan que se otorgue financiamiento, protección, intervención del gobierno y concienciación pública similares a los que tienen las especies el peligro de extinción de la Lista Roja.
“Cada vez que una nueva especie se encuentra en peligro, los conservacionistas y los científicos activan las alarmas y toman medidas inmediatas para garantizar la protección y los recursos que asegurarán su supervivencia. Sin embargo, ¿qué sucede cuando la población en riesgo es un grupo de humanos con características particulares, como las personas con Síndrome de Down?” afirmaban en declaraciones previas a la petición desde el organismo canadiense.
La Sociedad Canadiense del Síndrome de Down trabaja desde 1987 dando voz a 45.000 personas que en el país tienen este síndrome, el organismo está formado por 50 grupos locales y 12 organizaciones afiliadas a ella.
Según las cifras facilitadas para respaldar la petición a la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza, 1 de cada 781 bebés nacidos en el país tiene Síndrome de Down.
Asimismo señalan que el 67% de los canadienses con discapacidad intelectual, como en el caso del Síndrome de Down, no tienen acceso a servicios educativos adecuados, un 20% tiene problemas para encontrar vivienda y un 61.2% no trabaja.