En el marco del largo conflicto que los docentes argentinos mantienen con el gobierno de Macri, exigiendo negociación colectiva, mejores salarios y condiciones de trabajo dignas, y diciendo «no» a la política de destrucción de la Escuela Pública, la Confederación de Trabajadores de la Educación de la República Argentina se declaró en estado de «movilización y alerta» y decidió convocar una nueva paralización la semana pasada después de que las últimas negociaciones con el Gobierno no llegaron a buen puerto.
Con la huelga de 48 horas, marcada para hoy y mañana, que tendrá incidencia en la Ciudad de Buenos Aires y en las provincias de Chaco, Corrientes, Santa Cruz y Tierra del Fuego, los profesores exigen la resolución de los conflictos latentes en estas provincias, la «apertura urgente de negociaciones salariales» con los docentes a nivel nacional y una nueva ley de financiación para la educación pública.
En un comunicado, el CTERA expresó su malestar con la solicitud de ayuda financiera del gobierno al Fondo Monetario Internacional, que, a su entender, traerá consecuencias negativas para los profesores, como el ataque al Fondo de Incentivo Nacional Docente.
«Pedimos el fin de la persecución y de la estigmatización de las organizaciones sindicales y de sus dirigentes, reafirmando una vez más que la solución a los conflictos debe ocurrir en un marco de diálogo y consenso, y no de amenazas a los trabajadores», dice el documento de la Confederación.
A finales de mayo, la marcha de la Educación Federal reunió a más de 200 mil maestros argentinos en la capital, la lucha por la negociación colectiva y en contra de degradación de la Escuela Pública.