Uno de los mayores misterios de la pintura ha sido resuelto con la identificación de la mujer retratada en el cuadro «El origen del mundo», de Gustave Courbet (1819-1877). Se trataría de Constance Queniaux, una antigua bailarina de la Ópera de París.
La revelación del secreto de ‘El origen del mundo’ aparece en un nuevo libro del escritor e investigador frencés Claude Schopp, Premio Goncourt de Biografía en 2017. El libro será lanzado a principios de octubre en Francia, según ha informado hoy la agencia France Presse (AFP).
El cuadro expuesto en el Museo d’Orsay, es mundialmente famoso y provocador, y a día de hoy sigue suscitando polémica, después de más de 150 años desde su creación. De hecho, volvió a ser noticia en marzo de este año cuando Facebook y su algoritmo anti-pornografía fue condenado en Francia por cerrar la página a un usuario que colgó el cuadro en la conocida red social.
A lo largo de la historia muchos nombres han intentado identificar a la mujer retratada en «El origen del mundo» y que sirvió de modelo a Courbet para esta pintura ejecutada en 1866, por encargo del diplomático otomano Khalil-Bey, una figura extravagante en el París de la década de 1860.
De acuerdo con la investigación, en 1866, Constance Queniaux, la mujer retratada, tenía 34 años. No bailaba desde 1859 y era una de las amantes del diplomático alemán en la ciudad.
El hallazgo fue gracias, curiosamente, a la correspondencia que mantuvieron entre 1804 y 1876 Alexandre Dumas, hijo, y el experto en Dumas padre George Sand.
Antes del descubrimiento, varios nombres fueron lanzados como posibles modelos de Courbet para pintar «El origen del mundo», y que durante mucho tiempo perteneció al psicoanalista Jacques Lacan. Joanna Hiffernan, amante de Courbet en el verano de 1866, era una de las hipótesis, por tener la tez blanca y ser irlandesa, semejante a la de retratada en el cuadro.
Con el paso del tiempo, Constance Queniaux, que murió en 1908, se convirtió en una mujer respetada y dedicada a obras filantrópicas.