Los burdeles en los campos de concentración, donde las mujeres eran prisioneras de los mismos campos y estaban obligadas a trabajar, es una tragedia más y probada de los campos de concentración nazi. Un hecho que no suele mencionarse entre tanta miseria de los tiempos del Tercer Reich.
Algunas de esas mujeres consiguieron sobrevivir, pero no han querido hacer público su testimonio aunque sí existen testimonios de algunos de los “clientes” y documentación al respecto.
Hace más de 70 años muchas mujeres fueron expulsadas de su hogar y obligadas a realizar trabajos forzados, pero algunas otras tuvieron que enfrentarse a horrores distintos viéndose obligadas a regentar burdeles en los campos de concentración.
Como prácticamente todo lo acontecido durante la Segunda Guerra Mundial no es un tema agradable, pero la historia de estas mujeres debe conocerse, este fue otro de los horrores perpetrado por los Nazis.
Burdeles por toda la Europa ocupada por Alemania
Los burdeles, creación de Heinrich Himmler, jefe supremo de las SS, eran principalmente usados por los funcionarios simpatizantes de Hitler creándose para su particular ‘recreo’ y para incentivar a la población masculina a que colaborara en sus tareas.
El primero de los burdeles nazis se abrió en el campo de Mauthausen en 1942, le siguieron los de Auschwitz y Buchenwald en 1943, Dachauen en 1944 y Sachsenhausen en agosto del mismo año. Así se establecieron distintos burdeles por toda la Europa ocupada por Alemania, en los que al menos 34 mil mujeres fueron forzadas a servir como prostitutas en estos centros de uso exclusivo de los soldados de la SS y de las fuerzas armadas de los Nazis.
La diferencia entre los que estaban en los campos de concentración es que la gran mayoría de las mujeres que trabajaron como prostitutas en los burdeles nazis salieron del campo de concentración de Ravensbrück, sólo en Auschwitz se utilizaron mujeres del propio campo.
Las mujeres de los burdeles
Los soldados de la SS en muchos casos aseguraban a las mujeres que si participaban en ese trabajo sexual tendrían un mejor trato o una reducción de su sentencia (ya de por sí indefinida), lo que causó conflictos dentro de los grupos femeninos de los campos, a ciertas candidatas (sanas y nunca judías) podía ofrecérseles mejor trato por parte de los guardias, como mejores raciones, pero otras mujeres les agredían por los favores que recibían a cambio de sexo. Existe una declaración de un campo ruso en el que se afirma que las compañeras golpeaban brutalmente a quien quisiera aceptar esas propuestas.
También existen evidencias de que a estas mujeres forzadas a trabajar como prostitutas, se les marcaba con la frase «puta de campo» en el pecho y se conoce que debían someterse a un examen médico mensual, si no lo superaban se les devolvía al campo o eran directamente gaseadas. Mujeres que eran reemplazadas contantemente ya que morían por heridas, en caso de que las mujeres quedaran embarazadas se les forzaba a abortar, lo que en muchas ocasiones resultaba en muerte, asimismo morían tanto por enfermedades como por desgaste en general .
Cada burdel, en edificios normalmente dentro del campo, con alambradas y custodiados por guardias con perros, tenía unas 20 trabajadoras, vigiladas por una supervisora que se encargaba de mantenerlas en orden.
«Motivación» para homosexuales
Himmler también ordeno que los homosexuales (no judíos) de los campos fuesen obligados a acudir una vez a la semana a los burdeles para “curar” su enfermedad.
Al igual que en el caso de las mujeres de burdeles en los campos de concentración, los homosexuales supervivientes no han querido hablar del tema por lo que se desconoce si eran obligados a realizar «su terapia» bajo supervisión.
Los homosexuales, que eran prisioneros por su condición, ni por su religión ni por ser un enemigo político del régimen eran los llamados Triángulos Rosa.
Respecto a este periodo y las preferencias sexuales, puede leer más en LibreRed donde se pueden encontrar más datos sobre un caso muy relevante de homosexualidad, ya que un informe revela que Adolf Hitler era homosexual y vivió durante varios años en un hostal gay en Austria.
Los burdeles en los campos de concentración acabaron sirviendo como mercadeo de cupones entre personas importantes de dentro de los campos.
Al termino de la guerra con el arresto de los oficiales y soldados nazis, también algunas de sus mujeres fueron perseguidas por los supervivientes y fueron rapadas, expuestas, humilladas y en algunos casos violadas o heridas brutalmente.
Son prolíficos los estudios relacionados con el Holocausto, que nos muestran los horrores de la guerra, una gran mayoría de los trabajos tratan sobre la represión de los judíos, ya que representaron el grueso de las víctimas en este caso, pero también existen casos menos conocidos como el trato sufrido por otras minorias, como estas mujeres y los homosexuales, en estos burdeles en los campos de concentración.