Arthur C. Clarke, autor de grandes obras de divulgación científica y de ciencia ficción como ‘2001: Una odisea en el espacio’, comentaba a través de uno de sus personajes como el diseño de un cohete espacial en una sola pieza con ventanas recorriendo todo el cuerpo de la nave no tenía sentido «¿Dónde están los tanques de combustible?». En realidad desde hace mucho se abandonaron los diseños clásicos de cohetes que se parecían realmente a cohetes, pero SpaceX parece estar volviendo a ese diseño vintage.
En el caso de que no conozcas las naves de los últimos años, te mostramos la Dragon V2, la Starliner de Boeing, la Orion de la NASA y el Apolo de los años 60, de diseño muy similar.
Con la Big Falcon Ship se realizaron algunos cambios de diseño, con el que se recuperó la esencia de un cohete tradicional:
En versiones posteriores se iba transormando a una construcción más similar al Space Shuttle:
SpaceX, el pasado fin de semana, reveló que había cerrado un contrato con un pasajero misterioso japonés que viajaría hasta la Luna en la Big Falcon Ship, y Elon Musk, director general de SpaceX, Tesla y cofundador de PayPal entre otras, compartió imágenes de la versión actualizada de la nueva nave:
Según Musk, las aletas sirven para estabilizar la nave y contienen el tren de aterrizaje, un diseño que si fuera color verde recordaría a la Planet Express de la serie de televisión Futurama ¿no creéis?
Todo apuntaba a que las naves espaciales del futuro se parecerían a las descritas en las obras de ciencia ficción, pero quién imaginaría que serían las obras de los años 50.