En marzo de este año, el gobierno de la canciller Angela Merkel decidió que su país, uno de los mayores exportadores de armas del mundo, dejaría de vender armamento a cualquiera de las partes involucradas en la guerra de agresión a Yemen, que se prolonga hace tres años y medio, tras la intervención liderada por los sauditas.
Esta semana, el ministro alemán de Economía, Peter Altmaier, dio luz verde al envío a los saudíes de cuatro sistemas de detección de artillería, de acuerdo con una carta que dirigió a una comisión parlamentaria.
El equipo referido permite localizar el origen del fuego enemigo y hacer más precisos los contraataques, indica la DW, añadiendo que el Consejo de Seguridad Federal, que integra varios ministros y a la canciller Merkel, autorizó también la venta de diverso material bélico a los Emiratos (EAU), otro de los países que se destacan en la ofensiva contra Yemen.
La decisión de romper el compromiso asumido en marzo se produce después de que España hubiera claudicado y decidiera continuar con la venta de 400 bombas guiadas por láser, después de haber llegado a anunciar que tal negocio no se llevaría a cabo. Riad amenazó con anular un contrato de compra de buques de guerra firmado con la constructora naval chasque Navantia, por valor de 1.800 millones de euros.
Desde marzo de 2015, Arabia Saudita lidera una ofensiva militar contra el más pobre de los países árabes, declarando que sus objetivos aplastan la resistencia del movimiento popular Ansarullah y reubican en el poder al antiguo presidente Abd Rabbuh Mansur Hadi, aliado de Riad.
De acuerdo con las Naciones Unidas, la campaña militar ha provocado miles de muertos y heridos entre la población civil y es responsable de la destrucción de una parte sustancial de las infraestructuras del país árabe siendo origen de una situación humanitaria que las Naciones Unidas clasifican como «catastrófica». Más de 22 millones de yemeníes necesitan ayuda alimenticia, de los cuales 8,4 millones están «severamente afectados por el hambre».
Arabia Saudita y los Emiratos Árabes Unidos a menudo han sido acusados de violaciones de los derechos humanos y de perpetrar acciones que se configuran como crímenes de guerra.